Del libro de Job 21,7-13.
¿Por qué siguen vivos los malvados,
envejecen y aún crecen en poder?
Su descendencia ante ellos se afianza,
sus vástagos se afirman a su vista.
En paz sus casas, nada temen,
la vara de Dios no cae sobre ellos.
Su toro fecunda sin marrar (errar),
sin abortar su vaca pare.
Dejan correr a sus niños como ovejas,
sus hijos brincan como ciervos.
Cantan con arpa y cítara,
al son de la flauta se divierten.
Acaban su vida en la ventura,
en paz descienden al šeol.
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