miércoles, 19 de septiembre de 2012

JURÁSICO INDEPENDIENTE


"El ejército vivirá mientras viva la república"
 
El que menos puede dudar de esto es un militar de rango, forjado en el más rancio anticomunismo. La Alianza Republicana Nacionalista sabe que este especimen escapado del jurásico se ha enamorado del adjetivo que hemos resaltado en letra negrita, pero saben también que puede resultar incómodo en las poses equilibradas de la "política correcta" y "revuelta" que practica la casta de los políticos salvadoreños.
No hay que pasar por alto que los militares, además de ser niños exploradores del terror, les gusta practicar con extrema frecuencia el espionaje. Como decía mi abuelita son "niños acsolutos" que en las madrugadas sueñan con batallas inmemoriales, azañas, blasones, altares y semánas cívicas, oraciones a la bandera y "a la izquier", "a la dere", y "presenten armas".
El Coronel Sigifredo, combatió "terengos", los combate y morirá combatiéndolos, no sé quién les ha dicho a los areneros que la sangre fría un día pueda calentarse. El saco y la corbata nunca suplantarán el traje de campaña militar, el glorioso verde olivo de los días de operativo.
El Coronel sabe que la última estrategia del comunista será mezclar el color rojo con el color naranja, hacer una enorme cruz de madera -en sustitución del enorme caballo troyano- y meter en ella también el aureo color azúl, que los pecenistas hace mil robos pisotearon.
¡Coronel! 
Usted tiene de su parte la independencia que ostenta el dinosaurio.
La piel dorada del reptil, como la salamandra.
¡Aulle, Coronel, Aulle¡ 
¡Se lo ordeno¡ 
-Igual que en tiempos de guerra- 
¡Perdón, Coronel¡ 
Olvidé que usted todavía está en guerra.

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