lunes, 26 de octubre de 2009

"Memoria subversiva", la tensión dinámica entre el antes y el después



Redacción Tehuacán
El teólogo Juan Bautista Metz suele hablar de una memoria "subversiva", es decir, de una memoria que no es mero recuerdo, sino la toma de conciencia de la complejidad de hechos y fenómenos que han dado origen a la situación actual que viven los pueblos y las instituciones. Algunos de esos hechos y fenómenos son positivos, otros son negativos. La memoria subversiva es una "versión" "sub-estante", es decir, pone de manifiesto, desde el interior de las cosas, desde sus causas, aquello que las configura o explica en su mismidad. Poner de manifiesto esa verdad íntima de las cosas se traduce en la denuncia de aquello que intenta minar la forma originaria de la realidad.
Es comprensible que muchas personas intenten "borrar" de la memoria personal y colectiva los hechos que al ser recordados puedieran poner en duda su situación actual de "gente buena", y "pulcra". El cristianismo mismo subsiste de la conmemoración cotidiana de la pasión, muerte y resurrección de Jesús y esa realidad compleja que llamamos "Iglesia" no tendría razón de existir sin ese recuerdo del misterio pascual.
Ahora bien, ¿cómo es posible que un sacerdote párroco pueda justificar su condición de sacerdote delante al pueblo a partir de ese mismo recuerdo y al mismo tiempo negarle a su pueblo el derecho a conservar esa misma memoria cuando cuida los muros de un templo que significan años de lucha y sufrimiento?
Busquemos alguna explicación:
  • Puede ser que en su formación a ese sacerdote no le hayan enseñado a relacionar principios teológicos con praxis histórica eclesial. En ese caso, ese sacerdote, si fuera el obispo de Roma ya hubiera mandado a destruir el Coliseo Romano, por ser una estructura "pagana" y, en definitiva, muy vieja.
  • Puede ser, simplemente, que el párroco no comulgue con la ideología de la comunidad que pastorea, que dicho sea de paso, no está obligada a persar igual a su párroco en lo que respecta la política. El "pastor" quiere evitar que ese lugar siga evocando un recuerdo "molesto" y "fastidioso" para su gusto político. !Claro¡ El templo puede convertirse en lugar de peregrinación para grupitos de "rojas criaturas" sedientas de reforzas sus ideas políticas.
  • Pero, si sólo se tratara de cuidar la salud física de los feligreses, el que el templo viejo no caiga sobre ellos. Buen, en ese caso, estamos de acuerdo, pero puede construir otro templo por otro lado, a la par si quiere, pida a algún diputado de ARENA o del PCN, que se lo proporcione, ellos lo harán gustosamente.

En todo caso, esperamos que la comunidad de Cinquera (Cabañas) se logre poner de acuerdo con su párroco y puedan conservar su patrimonio eclesial y de memoria histórica.


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